¿Es el arte un espejo roto?¿Cuándo ha dejado de ser fiable como testimonio histórico? ¿Ha matado la Posverdad Digital a la Estrella de la Verdad?
De la cueva al algoritmo.
En el corazón de esta Bitácora Creativa late una pregunta fundamental: ¿Qué papel ha jugado y juega el arte en el registro de la verdad?
Es un hecho que desde los trazos primarios que narraban una caza en las paredes de una cueva hasta las intrincadas crónicas visuales de los grandes imperios, el arte ha sido el escribano de la historia humana a través del tiempo.
Hoy, sin embargo, nos enfrentamos a una realidad paradójica. Vivimos en la era de la grabación instantánea, donde cada evento puede ser capturado por millones de lentes, y a la vez navegamos en el turbio mar de la posverdad, donde un "deepfake" o una imagen generada por IA pueden ser tan convincentes como un hecho. Esto nos obliga a preguntarnos: ¿Ha sido realmente el arte un testigo fiel de la historia? Y, si su papel ha cambiado, ¿Qué sucede con su fiabilidad ante la saturación de los medios y la crisis de la verdad?
El Arte como testimonio fiable.
Nuestra tesis es que el arte nunca fue un registro objetivo—siempre fue una interpretación—, pero sí fue un testimonio fiable de la cosmovisión y los valores de una época. Esa fiabilidad como reflejo social ha cambiado drásticamente, marcando una evolución crítica en la función del artista como testigo de su tiempo. Durante la mayor parte de la historia ejerció el papel de la tecnología de la memoria: si una batalla ocurría o un rey era coronado, el arte era el medio elegido para inmortalizar el evento. Esta función no se trataba de capturar cada detalle con precisión, sino de establecer un testimonio de la creencia de una sociedad.
En el Renacimiento o el Barroco, los retratos de la realeza y la nobleza funcionaban como propaganda política, documentando el poder y la jerarquía. Aunque el pintor idealizaba al sujeto, estaba siendo honesto con la realidad social: el poder se ejercía de esa manera, y así era como la sociedad se percibía a sí misma. La fiabilidad de estas obras no residía en su literalidad, sino en su sinceridad cultural. El arte era una interpretación, sí, pero era una interpretación que contaba con el consenso social; era el espejo aceptado. Un cuadro que mostraba a un héroe en la cima de la gloria reflejaba los valores de coraje y honor que esa sociedad deseaba exaltar. El artista era el notario visual de los valores dominantes de su tiempo.
El Quiebre de la fiabilidad: La llegada del Nuevo Testigo.
Todo apunta a que el papel del artista como principal escribano de la historia comenzó a resquebrajarse en dos momentos cruciales, marcando el inicio de un cambio radical en la percepción de la verdad visual:
- La Revolución de la Fotografía (Mediados del S. XIX).
Con la invención de la fotografía, el arte figurativo se vio inmediatamente desplazado. La cámara, considerada inicialmente como el ojo mecánico "objetivo", asumió el rol de testigo imparcial. El público comenzó a confiar en la imagen fotográfica para el registro de los hechos (documentos, guerras, retratos), relegando al arte a la esfera de la emoción, la estética y la subjetividad. El artista ya no tenía que ser el narrador de los hechos; ya era libre de explorar.
- El Viraje de las Vanguardias (Principios del S. XX).
Como respuesta directa a la fotografía, los movimientos de finales del XIX y los albores del XX (impresionismo, simbolismo, cubismo, abstracción) rompieron intencionalmente con la obligación de la representación a la que se ceñía el arte. El propósito ya no era documentar el mundo exterior, sino experimentar y dejar fluir el interior del artista. Al dejar de reflejar una realidad social unificada, el arte se emancipó; pero al mismo tiempo, cedió gran parte de su autoridad como registro histórico colectivo.
La crisis de la Verdad en la Era Digital.
La situación se complica en el presente, porque la capacidad de registrar la realidad es infinita pero nuestra confianza en ese registro está en mínimos históricos. La verdad ya no se cuestiona por la subjetividad del artista, sino por la saturación y la manipulación técnica. Así, el verdadero problema de la posverdad digital resultaría doble:
- En primer lugar, la facilidad con la que se puede editar una imagen, crear un "deepfake" o generar arte indistinguible de la realidad a través de la IA, ha destruido la fe en la objetividad de cualquier medio, incluso de la fotografía y el video. La autoridad que representaba ser un medio fiable ha colapsado.
-En segundo lugar, el arte y el contenido viral reflejan testimonios muy intensos, pero sumamente fragmentados. El "pixel art" o el "meme" pueden capturar perfectamente el sentir de una micro-comunidad, pero no representan a la sociedad en su conjunto. La fiabilidad se ha vuelto tribal: solo creemos en el testimonio que proviene de nuestra propia "burbuja" social.
Hemos llegado a este punto, porque el poder de generar y manipular imágenes se ha democratizado rápidamente, sin ir acompañado de una alfabetización crítica sobre cómo consumir, manejar y procesar esa información.
El Nuevo Papel del Artista como Testigo Emocional.
Para terminar la reflexión y como respuesta a la pregunta inicial, podríamos concluir que: el arte sigue siendo un testimonio; pero ha evolucionado en su función. Es menos fiable como registro fáctico que antes pero más vital que nunca como testimonio emocional y social. Con el colapso de la verdad objetiva, el arte se revaloriza por su honestidad emocional. Un artista contemporáneo, consciente de la manipulación digital, utiliza más conscientemente su obra para crear un "testimonio intencional": una pieza que documenta las ansiedades, las esperanzas y las luchas internas de una era de incertidumbre. Su función no es mostrarnos el hecho (eso lo hacen los medios), sino mostrarnos el sentimiento que este provoca. Es un faro que ilumina la experiencia humana en la oscuridad de la posverdad.
Te invitamos a usar el arte, en cualquiera de sus categorías, como tu propio acto de testimonio personal. ¿Qué verdad, emoción o lucha deseas dejar como registro de tu tiempo?
Únete a la conversación en los comentarios. ¿Crees que el arte puede ser más "honesto" que una foto hoy en día?