Este análisis explora la evolución del arte como testimonio histórico. Se cuestiona si el arte sigue siendo un espejo fiable de la sociedad, examinando como la llegada de la fotografía y las vanguardias fracturaron su rol de "escribano de la historia". El artículo culmina analizando el impacto de la posverdad digital y el nuevo y vital papel del arte: ser un testimonio emocional honesto en una era de imágenes manipuladas e incertidumbre.